El pasado 22 de abril se llevó a cabo la Jornada de Medio Camino de los alumnos que cursan quinto semestre en la facultad de Ingeniería. Veinte estudiantes se dieron cita para escuchar mensajes del Vicerrector de Bienestar y Formación, de los directivos de la facultad de Ingeniería, del personal del CIVE y atender las dinámicas de trabajo colaborativo establecidas por el grupo experto convocado para ello.
Se ha señalado ya en diversos foros y espacios comunes sobre el cansancio, desinterés, hartazgo que manifiestan y viven los estudiantes después de trece meses de estudiar en modalidades a distancia y sostener una agenda de formación virtual y remota. Docenas de artículos, convocatorias a webinars se reciben diariamente con temáticas alusivas a la educación, formación y capacitación en línea de todos los grupos humanos con responsabilidad directa e indirecta.
Desde hace un año, el desafío existe y ha estado presente en todas las actividades que se han organizado en nuestra casa de estudios, la duda a veces aqueja sobre si el propósito planteado para tal o cual evento se podrá cumplir, si la expectativa se superará, si la agenda, los recursos humanos y materiales serán del interés y del agrado de los estudiantes, si la duración será la adecuada, y así la creatividad y el entusiasmo acompañados por el trabajo compartido se ponen en marcha.
La hora de inicio de la jornada de medio camino se llega, lentamente se van incorporando los alumnos convocados, la duda persiste en si realmente todos se integrarán, si de verdad participarán, si su presencia será dedicada y atenta para participar, con el paso de los minutos se verifica el quórum que garantiza totalidad de asistentes y todo parece que un buen desarrollo del programa.
Los alumnos van participando con cabal cumplimiento de las instrucciones y atendiendo cada una de las actividades y dinámicas de trabajo, sin embrago el gran final está por llegar, al saber que cada uno y cada una de los y las asistentes deberá reflexionar, escribir y deseablemente expresar diez cosas por las que se pueda agradecer, los y las estudiantes no dudan ni tardan en recopilar y comenzar a expresar sus razones por las que deben agradecer, elocuentes, sensibles, motivadoras, sensatas son cada una de las situaciones por las que nuestros estudiantes agradecen, destacando en ellas, la gratitud a sus padres, a la formación que tienen y les han dado, a la familia que poseen, a la casa que los cobija, a los recursos con que cuentan, a los amigos que los acompañan, a sus maestros, a la vida, a la salud que tienen.
Que gratificante ver, saber y comprobar que los alumnos de Ingeniería tienen claros sus valores, tienen consideración y aprecio por lo que tienen, se sienten valiosos y orgullosos de su más valioso tesoro, la vida y su familia, si la duda pre-existente de creer que la pandemia ha convertido a los jóvenes en estudiantes cansados, desmotivados, desilusionados y agotados por vivir bajo el yugo de un ordenador que dicta quehaceres,
exige agenda, demanda tiempo y hasta se apropia de la voluntad, estamos equivocados, los jóvenes lasallistas de ingeniería, al menos los de quinto semestre, caminan con brújula, orientados hacia los valores más sublimes como el de la Gratitud, el Amor, el Respeto, el Reconocimiento, en hora buena por el significado que estaba oculto tras estos trece meses de trabajo distanciado pero nunca aislado de nuestros jóvenes. Han expresado su sentir sobre la gratitud y lo han hecho con orgullo y emotividad. Que su caminar siga siendo firme, sostenido, audaz, pero humano y sentido.
Escrito por:
Director Facultad de Ingeniería
(Jornada de medio camino, 22 abril 2021)
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